Los beneficios de las hojas de menta van mucho más allá del sabor y el aroma que nos ofrece, y es que esta planta contiene una gran cantidad de a propiedades que ayudan a prevenir o tratar algunos problemas de salud, por lo tanto, es una planta que no puede faltar en nuestras cocinas, ya que con ella podemos preparar distintos remedios caseros.
La menta es un ingrediente que por lo general es usado en la preparación de comidas dulces, sin embargo, esta también puede ser integrada en muchas otras recetas, pero sobre todo en recetas de remedios naturales contra problemas respiratorios, digestivos o dentales, entre muchos otros más.
¿Cuáles son las propiedades y los beneficios de las hojas de menta?
En la composición de la menta podemos encontrar una buena cantidad de vitamina A, vitamina C, ácido fólico, potasio, hierro, magnesio, cobre y calcio, además de aportar omega-3 y mentol, siendo este último, el compuesto que le da su característico sabor y olor, pero que además ofrece muchos beneficios.
De igual modo, hay que destacar que la menta ejerce un efecto descongestionante, antibacteriano, antiséptico y analgésico, razón por la cual se pueden emplear para tratar muchos problemas de salud, resaltando los siguientes efectos.
Alivia los problemas digestivos
Este es el uso más común de la menta, en cuanto a remedios caseros se refiere, y es que en primer lugar, hay que tener presente que su característico aroma contribuye con la activación de las glándulas salivales, además de estimular la segregación de enzimas estomacales.
Las hojas de menta también sirven para calmar la indigestión y para reducir las inflamaciones digestivas, además de que tomar una infusión de menta puede ayudar a estimular la salida del gas que queda atrapado en el sistema digestivo, por lo tanto, es ideal para prevenir las flatulencias, así como ayuda a combatir las náuseas y la acidez estomacal.
Reduce las dificultades respiratorias
Como mencionamos al principio, el mentol, que es su principal componente, ayuda a tratar distintos problemas de salud, entre ellos los problemas respiratorios, como por ejemplo, la congestión de los pulmones, nariz y garganta, además de ayudar en el tratamiento del asma, la tos y la bronquitis.
Para tratar estos problemas se puede optar por beber un té de hojas de menta y se puede aplicar un poco de aceite esencial de menta en el pecho.
Contribuye con la salud bucodental
La menta también ayuda a prevenir problemas de salud en la boca y dientes, esto gracias a que tiene la capacidad de interferir con la reproducción de bacterias bucales, además de ayudar a prevenir o tratar enfermedades como el mal aliento o halitosis.
Anteriormente, se acostumbraba a frotar hojas de menta en los dientes y las encías, aunque también se pueden preparar infusiones para realizar enjuagues bucales.
Estimula la circulación de la sangre
La hoja de menta contiene dos sustancias, conocidas como eugenol y ácido rosmarínico, a los cuales se les atribuye un efecto anticoagulante, por lo tanto, puede ayudar a mejorar la circulación de la sangre y combatir todos los problemas que derivan de la mala circulación sanguínea.
En este caso también es recomendable preparar una infusión de menta.
Ayuda a tratar la ansiedad y el estrés
La menta también es conocida por ser un espasmódico natural, es decir que ayuda a relajar el cuerpo, lo que es de mucha ayuda a la hora de reducir el estrés y combatir la ansiedad, o incluso puede ser una alternativa para las personas que padecen trastornos del sueño, como el insomnio.
¿Cómo preparar un té de menta?
La receta del té de menta es bastante fácil y se realiza muy rápido, solo se requiere tener los ingredientes adecuados y seguir los siguientes pasos.
Ingredientes
- 10 hojas de menta
- 250 mililitros de agua
- 5 gotas de jugo limón (opcional)
- Stevia o miel de abeja (opcional)
Preparación
Lo primero que debemos hacer es hervir el agua, y una vez que se alcance el punto de ebullición, se agregan las hojas de menta y se retira del fuego.
Si se desea un poco más de sabor, se añaden unas gotas de zumo de limón y si se quiere endulzar un poco, se le agrega una cucharada de miel de abeja o un poco de stevia, aunque la mejor alternativa es no añadir endulzantes.
Por último se sirve y se bebe.